En la tarde del 5 de abril de 2019 se celebró el 7º pregón de la Asociación Cofrades de Gamarra, que sirve de antesala a la procesión que se celebra cada Viernes de Dolores. Este año fue Miguel Ángel Vargas Jiménez el que nos deleitó con su palabra y nos avivó el ánimo para la cercana procesión. Miguel Ángel es cofrade de la hermandad trinitaria de la Salud y es profesor de Biología en el C.D.P. Santa María de los Ángeles.
La primera parte del acto fue un concierto de marchas procesionales, que este año corrió a cargo de la Escuela de Música Virgen del Rocío, dirigida por Julián González Planes. Esta escuela es un claro ejemplo de la labor social de las cofradías, fomentando la cultura musical entre los más pequeños y dándoles la oportunidad de descubrir su talento, que, quizás, ni sabían que lo tenían dentro. Como muestra de su buen hacer, interpretaron las marchas Virgen del Amor Doloroso (Eloy García), Estrella Sublime (M.L. Farfán), Cristo del Amor (Fco. Javier Moreno) y Puerta del Cielo (F.J. Criado).
Tras la presentación realizada por Carlos I. Álvarez García, tomó la palabra Miguel Ángel, encomendándose a Nuestra Purísima Madre del Buen Camino, a través del himno de Laudes del 31 de mayo, festividad de la Visitación de la Virgen María. Después de saludar a las autoridades y directivos presentes, quiso agradecer a Alan Antich, Pilar Linde y a María Dolores Linde que hubiesen contado con él para este momento.
En una primera parte, nos habla de la renovación anual del “Misterio Pascual” que Málaga espera con ansiedad y cómo descubrimos nuestra ciudad en busca de alguna procesión, hasta contemplar “el rostro de la Madre de Dios, bajo mil advocaciones”: “Buen Camino, que me guías por cañadas oscuras y me llevas por senda recta”.
En la segunda parte, realiza una exaltación de la figura del nazareno, de la importancia de la luz de su cirio, de su simbolismo: “llama humilde que da calor y luz”. Cada participante en la procesión tiene su importancia, su encomienda necesaria para que “la procesión cumpla con la función de llevar a las gentes las imágenes de Cristo y María”. Miguel Ángel une esta parte con el papel de las cofradías hoy en día, pidiendo a los cofrades que no nos quedemos en lo que rodea nuestras procesiones: flores, enseres, música,… Que no nos “vistamos de soberbia en Semana Santa, en lugar de revestirnos con una humilde túnica nazarena”. Nos exhorta a poner a Cristo en el centro de nuestra vida, con la ayuda de María, siguiendo su ejemplo: “Si quieres encontrar el Buen Camino, el camino de Cristo, síguela a Ella”. Recuerda nuestro papel de avivar la fe de nuestro pueblo, como dijo en 2013 el Papa Francisco, para reforzar el papel de la religiosidad popular como medio evangelizador en nuestros días.
En la última parte de su pregón, Miguel Ángel habla sobre nosotros, sobre Cofrades de Gamarra; sobre cómo hemos ido año a año creciendo como “una obra humana que tiene detrás al Espíritu Santo, verdadero consejero”. Pone en boca de Santa Cándida María de Jesús unas bellas palabras que nos hubiera dedicado: “Hijos míos, este bonito proyecto que queréis desarrollar tiene que servir, no sólo para hacer una procesión sino que debéis procurar el provecho espiritual de los alumnos del colegio, porque este proyecto es para ellos. Debéis enseñarles las costumbres propias de un cristiano, y podéis hacerlo por medio de una cofradía, de una hermandad, donde aprender a vivir en fraternidad. Si estáis dispuestos, adelante.” Va llegando el final de su pregón, y Miguel Ángel nos regala bellas palabras para describir nuestra procesión del Viernes de Dolores, haciéndola una cita ineludible para él y para muchos cofrades, dejando también unas palabras de recuerdo para el Padre Diego Ernesto Wilson Plata, fundador de MIES (misioneros de la Esperanza), que desde el cielo “estará deseando que llegue ese día tan deseado para disfrutar con la ilusión de tanta chavalería”.
Como colofón final, nos regala nuestro pregonero de 2019 una bella poesía, que termina así:
“El sueño ya no es sueño
Que por Buen Camino ando.
¡Qué ya es Viernes de Gamarra,
Déjame seguir tu manto!”