Las circunstancias:

Nuestra Purísima Madre del buen camino. Así nos presentaron el pasado 2 de marzo la nueva imagen de la Virgen que la Asociación “Cofrades de Gamarra” había encargado hacía poco más de un año al joven escultor malagueño, José Mª Ruiz Montes, para ser titular del Proyecto “Sentir cofrade” del colegio “Virgen Inmaculada-Santa María de la Victoria” (Gamarra) de las Hijas de Jesús.

Arte y devoción que nos ofrecían en esa presentación José Mª como escultor, Pepe Jiménez como presentador y Álvaro López con su montaje audiovisual, todos introducidos por el afecto y cercanía que se ha ido estrechando en estos años entre Coco Jurado y Gamarra.

Sin embargo, a fuer de sincera, tengo que decir que, a mi parecer, no se ha elegido el mejor nombre o advocación para la nueva imagen, no acaba de satisfacerme, no acabo de encontrar que exprese nuestra primigenia intención, me resulta demasiado largo y acabará acortándose, no sé si de la manera más acertada… Si hubiera tenido posibilidad de votar, mi voto hubiera sido negativo. Pero ahí tenemos esa bellísima imagen con un nombre que es fruto de la buena voluntad, del esfuerzo denodado de búsqueda de un grupo de personas, y de la decisión, al fin, de la mayoría de la Junta de “Cofrades de Gamarra”. Ahí tengo un nombre, una circunstancia, y… nada sucede al acaso.

La presentación de la imagen tuvo lugar en un marco insuperable, el Palacio episcopal-Ars Málaga. Pero nada hay completo, decidirse por ese lugar, cargado de sentido, encerraba un pequeño inconveniente, la imagen no podía permanecer en Ars Málaga, al día siguiente había que sacarla de allí y trasladarla a otro lugar. No parecía adecuado instalarla ya en la “capilla redonda” del colegio (que será su ubicación definitiva) antes de proceder a su bendición y para eso faltaban cuatro semanas, ya que hasta el 31 de marzo no tendrá lugar la bendición, en la que ejercerán el padrinazgo la Congregación de las Hijas de Jesús y la Archicofradía de la Expiración. Mientras tanto ¿dónde situar la imagen? La decisión ha sido clara: la imagen de “Nuestra Purísima Madre del buen camino” la tenemos en la capilla de la Residencia en la que vive un numeroso grupo de Hijas de Jesús de la comunidad de Gamarra, y así las Hermanas, mayores o enfermas en su mayoría, pueden contemplarla cada día, rezar ante ella; decisión más adecuada imposible, muchas no hubieran podido verla, estar tan cerca. Vivo en la residencia y comparto con el resto de la comunidad esta experiencia nueva, una nueva circunstancia que, como veremos, tampoco sucede al acaso.

El mensaje:

“Buscar y hallar a Dios en todas las cosas” es un principio de la espiritualidad ignaciana que nos caracteriza a las Hijas de Jesús, que me lleva a descubrir los mensajes que el Señor envía a través de la vida cotidiana. En esta ocasión me he encontrado con dos circunstancias: una contrariedad (espero que se me entienda) en un nombre y un regalo, la presencia de una nueva imagen de María con la que puedo encontrarme cada día. Seguro que todo el que la mira, la contempla, se queda prendido por su cara, su mirada… pero no sé cuántas personas se llegan a detener en su pie; a mí, desde que vi su talla sin vestir, me llamó la atención ese pie descalzo adelantado, avanzando, y en estos días me he parado muchas veces a “contemplarlo”.

Me pongo a desencriptar  el mensaje de las dos circunstancias que me llegan en este inicio de Cuaresma y me encuentro con que una advocación “Nuestra Purísima Madre del buen camino” y un pie que avanza, que camina, me conducen a lo ya sabido, y siempre necesitado de actualización  y revitalización: el camino cuaresmal; este año con una novedad, la de la presencia especial de María. Y entonces ¡cómo no! vuelvo a pasar por el corazón aquellas palabras que la M. Cándida escribía en una carta autógrafa del año 1895: “Acompañen a la Santísima Virgen en su soledad dolorosísima, y a nuestro Dios y Señor en su pasión santísima. ¡Oh! ¡Qué pena siente el corazón al pensar en los tormentos tan grandes que sufrió por salvarnos! No sea en balde para nosotros… muramos con Jesús para resucitar con Jesús”.

En esta Cuaresma de 2017 vamos a acompañar a  María que, con el corazón roto,  camina hasta el Calvario y se mantiene en pie junto a la cruz donde muere su Hijo,  que vive su dolor con esperanza, porque cree en la victoria de la vida sobre la muerte. Y a la vez vamos a hacer un camino cuaresmal sabiéndonos acompañados por “Nuestra Purísima Madre del Buen camino”, María que acompaña, apoya, ilumina, guía el proceso de fe de los niños, adolescentes y jóvenes que en este tiempo (catequesis, capirotes, túnicas, mantillas, portadores, solidaridad, ofrenda floral, misa de nazarenos … y ¡procesión!) aprenden a “ser cofrades”, María que también nos acompaña a nosotros, los adultos, que queremos vivir el espíritu cofrade como una dimensión de nuestra fe.

Que todos vivamos una santa y buena Cuaresma.

Mª del Pilar Linde F.I.

15 de marzo de 2017