El inicio de la cuaresma ha sido frenético para los cofrades de Gamarra, ya que junto a los nervios y emociones durante la presentación de la nueva imagen de la Virgen del Bueno Camino, del pasado jueves 2 de marzo, hay que unir el histórico hecho de que el Nazareno de Nueva Málaga pasara por el interior del recinto del colegio, camino al centro de Málaga, para presidir el viacrucis organizado por la Agrupación de Cofradías.
Unas 300 personas se congregaron a las puertas del colegio en la noche del Miércoles de Ceniza para recibir a la comitiva de la parroquia de Santa Ana y San Joaquín. Gran expectación cuando apareció la peculiarísima cruz guía que tallara Manuel Toledano y que tanto recuerda las formas del trono que cada Martes Santo bajo al centro.
A la entrada, la corporación fue recibida por varias representantes de la Congregación de las Hijas de Jesús, así como por miembros de la asociación Cofrades de Gamarra, que portaban el estandarte de la Madre Cándida y cuatro palmas, cedidas para la ocasión por los viveros de los Hermanos García Magallón, de la localidad alicantina de Elche.
Tras el paso del arco de entrada, comenzaron a discurrir en gran silencio un nutrido número de hermanos portando cirios rojos, que precedían a las andas llevadas por hermanas de la hermandad.
Antes del trono se incorporó una representación de Gamarra, en este caso formado por un grupo de mujeres, en concreto Raquel, Rocío, Gracia, y Lucía e hija, que tuvieron el inmenso honor de ir justo delante del Nazareno, que tras atravesar el colegio, incluidas las dificultades de sortear la altura de los arcos y puertas que tuvo que pasar, comenzó a encaminarse hacia la zona de la parroquia de la Purísima y barrio de la Trinidad, buscando el puente de la Aurora.
Así, por primera vez, Cofrades de Gamarra participaba en una procesión, en este caso viacrucis, que unía de manera simbólica y real el colegio y el centro de la ciudad, en concreto la iglesia de San Julián, sede de la Agrupación de Cofradías.
Dos días después, en concreto el primer viernes de Cuaresma, tuvo lugar el regreso al barrio. En esta ocasión, las inclemencias meteorológicas tuvieron gran protagonismo ya que se presentó una noche fría y lluviosa, que hizo temer la suspensión del traslado de regreso. No obstante las predicciones meteorológicas dieron un respiro (aunque no siempre aciertan) y la comitiva de manera más rápida regresó al barrio de Nueva Málaga. En esta ocasión la representación de Cofrades de Gamarra estuvo conformada por Antono Fernández, Juan Manuel García, Jose Manuel Leiva y Joaquín Pozo, que tuvieron que soportar, como el resto de hermanos de la cofradía, un intermitente aguacero, que especialmente se cebó en la zona de Carretería y plaza Bailén.
Desde aquí hay que felicitar a los hermanos de Nueva Esperanza, ya que demostraron su madurez en los complicados momentos en que arreció la lluvia, optando por proteger la portentosa imagen del Señor con un plástico, aunque en ningún momento se perdieron los nervios y se continuó, eso sí, de manera más acelerada, el habitual caminar, acompañado del rezo de las Estaciones.
Sin duda fue una noche emotiva, en que las gotas de cera se fusionaron con las de la lluvia, pero sobre todo se inició la vinculación entre Nueva Esperanza y los cofrades de Gamarra, en una noche de Buen Camino de regreso a un barrio cada vez más cofrade.