Cerca ya del fin de este año, que quedará marcado para siempre en la historia, echamos la vista atrás para recordar e imaginar lo que hubiera sido. Esta mirada atrás nos debe servir para retomar con ilusión los proyectos que hemos iniciado y seguir profundizando en los fines del Grupo Parroquial, entre los que, como no puede ser de otra manera, está potenciar nuestra acción social.

El año 2020 traía para este Grupo Parroquial la gran novedad del cambio de día de procesión, que pasaba a ser el Sábado de Pasión en horario matinal. Partiendo desde el interior del colegio de Gamarra, el recorrido iba a transitar por la feligresía de la parroquia de la Purísima, iniciándose a las 10:15, para dirigirse hacia la parroquia de La Purísima, donde tendría lugar una estación penitencial a las puertas del templo y teniendo el encierro previsto para las 13:30. El acompañamiento musical para esta histórica salida era, en cabeza de procesión, la banda escuela de cornetas y tambores de la Archicofradía de la Esperanza y tras el trono de la dolorosa tallada por Ruiz Montes iría la banda de música “Maestro Eloy García” de la Archicofradía de la Expiración.

Dentro de los estrenos patrimoniales destacaba el estandarte de Nuestra Purísima Madre del Buen Camino en su primera fase. Éste cuenta con una magistral pintura de la dolorosa, realizada por Pepe Palma, que va sobre terciopelo burdeos con ornamentación en orfebrería de color bronce, bajo diseño de Pablo González. La ejecución de esta primera fase y de la barra que soportará la pieza está siendo realizada por los talleres orfebres de Montenegro y la pieza de tela la ha confeccionado Lucía Fernández, miembro del grupo parroquial.

Otro estreno importante era la primera fase de carpintería del trono procesional de la Virgen, cuyo primer boceto ha sido también dibujado por Pablo González. Esta primera fase consiste en la carpintería del cajillo, realizada por Francisco López, y la mesa metálica que soporta el conjunto, realizada por Agustín Fernández.

Sin duda se está haciendo un gran esfuerzo para ir sumando un patrimonio digno y acorde con la calidad de la imagen, aportando siempre algo novedoso dentro de las posibilidades del Grupo Parroquial. Tenemos claro que los proyectos son a largo plazo, pero buscamos dar pasos hacia un proyecto claro y definido desde un principio.

No nos olvidamos de que nuestro gran proyecto se inició en 2018 con la presentación del boceto del titular cristífero del Grupo Parroquial, que será tallado por Ruiz Montes y que aportará la iconografía del Varón de Dolores al procesionismo de la ciudad. En palabras del propio autor, “expresará alegóricamente el sacrificio voluntario por la redención de la humanidad. En Él figurarán con distintos símbolos y atributos todos los sufrimientos de la Pasión: la Cruz, Titulus Crucis, los Clavos, la Túnica, etc. En la parte inferior del conjunto figurará la representación del demonio y al otro lado, la calavera de Adán. Así se expresará que Jesús venció a la muerte por la Resurrección como el nuevo Adán. Asimismo, desde el costado de Jesús se verterá su Preciosísima Sangre, que será recogida en un cáliz por una pareja de ángeles.”. La advocación será la de Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de los Hombres. Esta advocación nos une a la congregación de las Hijas de Jesús, que llevan como elemento de identidad el monograma “IHS”, sello que también adoptó San Ignacio de Loyola como general de los jesuitas. El carisma de la Madre Cándida se basa en los escritos del fundador de la orden de los jesuitas, por lo que el nombre elegido nos entronca con la base de la congregación, dotando al Grupo Parroquial de un sentido de pertenencia y unión a la misma. La advocación explica en sí misma la iconografía y el sentido de la imagen del Varón de Dolores: Jesús, con su dolor y sufrimiento, acepta los pecados del hombre para alcanzar nuestra salvación a través de la Resurrección.

Paralelamente a esta labor patrimonial, el Grupo Parroquial, como no podía ser de otra manera, no ha sido ajeno a la difícil situación que atravesamos; así, se decidió cumplir con los compromisos adquiridos con nuestro proveedor de palmas y con las bandas que nos vienen acompañando desde hace años, para tratar de ayudar con nuestra humilde aportación la gran labor que realizan. El resto de los donativos que los participantes dieron durante la Cuaresma se entregó a Cáritas parroquial, junto con varias decenas de kilos de alimentos recogidos en el reparto de túnicas, siguiendo así los preceptos de ayuda y servicio que la Santa Madre Cándida infundió a la Congregación de las Hijas de Jesús y que el Grupo Parroquial también tiene entre sus fundamentos.